29 marzo 2013

UN PENSAMIENTO ALEGRE, Y VOLARÁS



Si naciera de nuevo viviría de manera diferente porque que he dedicado más del 80% del tiempo a prepararme para problemas que nunca se presentaron.


Escuchar la radio o ver la televisión en estos días supone la receta directa al hundimiento moral. Especialmente las noticias de tipo económico se empeñan en desmoralizar al personal. La selección de palabras y términos se hace por parte de los medios con cuidado método para transmitir siempre aquello que algo o alguien ha mandado: el pesimismo.

James Matthew Barrie creador de Peter Pan


Las noticias sobre los movimientos de la Bolsa son un claro ejemplo. La Bolsa, como todo mercado, tiene una evolución de subidas y bajadas, que todo experto conoce, siendo este patrón de comportamiento en dientes de sierra el que le otorga esa capacidad de generar pérdidas y ganancias notables a quién tenga el valor o la suerte de apostar por el valor adecuado en cada momento. Uno, que sabe cómo funciona la Bolsa, piensa que si los mercados solo hubieran respondido según las noticias, hacía tiempo que ya estarían en valor cero.

Fíjense, en un entorno de difusión del pesimismo, los medios hablarán de una bajada en la Bolsa como batacazo, desplome, caída libre, crack. Si un día sube: rebote (es decir nada destacable).

Sin embargo, en el extraño caso de que el medio en cuestión quiera transmitir optimismo, se hablará de euforia y confianza en caso de subida. En caso de caída se dirá simplemente, retirada de beneficios.

Por cosas como esta quería escribir este artículo, por si humildemente sirve de algo para sobrevivir en este entorno tan hostil de pesimismo y manipulación.


Ostensiblemente un entretenimiento
vacacional para niños pero en realidad
 Peter Pan es una obra para
personas adultas.
George Bernard Shaw

Cuando en 1904 James Matthew Barrie estrenó su obra de teatro Peter Pan no podía imaginar que lo que en principio seria la secuela teatral de su novela El pequeño pájaro blanco se acabaría convirtiendo en una obra mítica, con unos personajes que le sobrevivirían y cobrarían vida eterna. Barrie pudo ser un novelista y dramaturgo notable pero nunca recibirá la gloria que se mereció por la creación de una obra que encierra mucho más valor y mensaje del que parece.

En la obra original como en la multitud de secuelas que dieron comienzo a manos del propio Barrie, se sostiene que los niños antes de nacer son aves y por ello pueden volar.

¿Qué es volar entonces? ¿En qué consiste alzar el vuelo y surcar el aire hacia dónde queramos? ¿Cómo traducir, cómo descifrar el mensaje oculto entre las líneas de Peter Pan? Humildemente he intentado poner en forma de decálogo las conclusiones que podemos sacar de esta bella obra.

1.    El optimismo es la clave. La forma de ver la vida, de nuestra perspectiva y punto de vista hacia una realidad objetiva. El empeño voluntario por ver siempre la botella medio llena supone el valor de valores, el vaso, el contenedor del resto de virtudes que abrillantarán nuestro carácter, nuestra salud y nuestras relaciones con los demás. Todo, es decir, todo, tiene su lado positivo y negativo, nosotros elegimos con qué nos quedamos.
2.   Atrévete, se valiente, deja atrás las convenciones y las normas sociales establecidas. Es más, desafíalas, rebélate contra ellas y rómpelas pues no las crearon los niños sino adultos llenos de miedos por tantos y tantos fantasmas. Busca tu propio destino pues la vida es la que es y no durará ni un minuto más aunque sacrifiques tus sueños. Si tienes que cortarle la mano al Capitán Garfio, córtasela con fiereza y dásela de comer al cocodrilo.
3.    Vive despreocupadamente. No estés siempre previendo problemas, no te pases la vida previniendo dificultades o poniendo parches. Prepara tu mente para ocuparse de los problemas que vayan surgiendo pero no para anticiparlos en un continuo plan de contingencia o evacuación.  No le des demasiada importancia a las cosas de gran importancia (proverbio oriental).
4.    Evita a las personas víricas, tóxicas, quejosas y pesimistas. Son muy abundantes, permanece alerta.  Drenarán tu energía, para vampirizarte unas veces, otras veces para desgastarte involuntariamente. Si no puedes evitarlas en el corto plazo, al menos identifícalas y envuélvelas en un celofán imaginario para que no te afecten. Cuando te relaciones con ellas, ya sabrás a qué atenerte y tu trato con ellas será mucho más saludable, maduro y positivo (para ellas también).
5.    Aprende a reconocer las fuentes de miseria y pesimismo. Especialmente los medios de comunicación. Selecciona lo que ves, lees o escuchas. Si nada en la radio te anima, escucha música. Si la prensa es la que es, ahórrate el euro del periódico, lee libros que te gusten. Puedes estar informado seleccionando noticias en internet y creando alertas en buscadores para crear tu extracto diario de noticias.
6.    Escucha a tu niño interior, te alertará cuando algo le impida volar. Si algo o alguien no te merece confianza, no te empeñes. Seguramente no esté hecho para ti. Deja pasar las personas o cosas que no te transmitan buenas vibraciones. Vendrán otras. Si algo te gusta persíguelo, te llevará lejos.
7.    Aunque seas consciente de todo esto, no rodees de alambre de espino tu corazón. Prefiere siempre ser traicionado a aislarte, prefiere equivocarte con las personas antes que renunciar a la amistad o al amor. Si alguien te decepciona siempre habrá algo bueno que sacar y somos libres de aprender y apartarnos de quién nos devuelva mal por bien. Apuesta por amar siempre.
8.    No te acomodes, o mejor dicho, acomódate en el cambio. La vida es una sucesión continua de cambios, de mudanzas. Esto no significa que seas un veleta o inconformista enfermizo. Supone tan solo entender que el universo y la vida no está hecha a nuestros gustos o creencias, sino que sigue su propio devenir y cambio perpetuo. Fluye con ella, mírate a ti mismo como parte del ciclo eterno de la naturaleza. Antes de Peter Pan, ninguna niña se llamaba Wendy. Hoy millones de mujeres en el mundo llevan su nombre.
9.   No te lamentes. Ni siquiera cuando fracases o afrontes dificultades. No necesitas transmitir lo mal que te va o lo fatal que te encuentras. Esto no es solo una medida para no convertirse en persona vírica. Es una medida de anular al mayor enemigo que tienes para conseguir tus metas, tú mismo. Recuerda que como dijo Henry Ford “ Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto.". Si consigues dejar de quejarte habrás puesto la primera piedra de tu felicidad.  
10.  No pongas tu confianza en idearios políticos, sociales o religiosos. Moldea tus propias creencias en tu vuelo. Aprende continuamente, desconfía de toda religión o dogma que te enseñaron de pequeño. Pon tu confianza en tus sentidos y en tus experiencias. No creas en nada porque te lo hayan contado. Aprende y ten respeto por las religiones, pero no sigas ninguna. Los mitos o fantasías son solo eso, por más que estén  escritos en libros antiguos, las crean millones o compongan historias preciosas. No puede vivirse siempre en el país de Nunca Jamás. Hay que volar en el mundo real. No necesitas dioses para hacer el bien a los demás.

Y no quiero dejar de recordarles una de mis frases favoritas aunque esté muy comentada y gastada: Como no sabían que era imposible, lo hicieron.

Que tengan buena semana.




Si naciera de nuevo viviría de manera diferente porque que he dedicado más del 80% del tiempo a prepararme para problemas que nunca se presentaron.

Jorge Luis Borges

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